La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Lina Arbeláez, señaló una vez más la importancia de trabajar e invertir en programas y planes de desarrollo que ayuden a prevenir el embarazo adolescente para dar cumplimiento a los ocho objetivos de desarrollo sostenible.
Sólo en 2018 se registraron 5.442 nacimientos de niñas entre los 10 y 14 años de edad, un contexto bastante alarmante, si tenemos en cuenta que la mayoría de estos embarazos son producto de uniones tempranas que en un porcentaje significativo se llevan a cabo con hombres mayores.
Al presentar un panorama sobre el embarazo en adolescentes y la reducción que se ha venido presentando desde 1990, la Directora del ICBF señaló que actualmente el 11% de los embarazos se presenta en las adolescentes con edades entre los 15 y 19 años. De ese total, el 95% se registra en países con rentas bajas o medias, lo cual tiene una incidencia directa con el desarrollo económico, social, con las oportunidades, la equidad y la igualdad entre las poblaciones y entre los territorios.
En la apertura de la Semana Andina de Prevención del Embarazo en la Infancia y la adolescencia, se hizo especial énfasis en que las relaciones sexuales entre adultos y niñas o niños menores de 14 años están tipificadas como delito en la constitución Colombiana, lo que apunta a un fenómeno cultural que requiere ser abordado por el Gobierno Nacional.
De esta reflexión, concluimos que trabajar por reducir el embarazo adolescente en el país es clave para mitigar la pobreza multidimensional, generar espacios de equidad y paz; y favorecer el desarrollo económico del país. Del mismo modo, se recalcó r la importancia no solo de actuar en prevención sino de acompañar a las familias adolescentes en la redirección de sus proyectos de vida y en la prevención del embarazo subsecuente, como segundo factor de riesgo.
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