El uso de dispositivos electrónicos desde edades tempranas, disminuye las interacciones cotidianas, lo que ocasiona dificultades en el desarrollo del lenguaje.
El uso de dispositivos móviles en niñas, niños y adolescentes es una situación que se ha venido normalizando y que ha incrementado en los últimos años; aunque este acercamiento tecnológico es necesario para preparar a los niños para una realidad cada vez más digital, también tiene un efecto negativo sobre el desarrollo de los niños que puede ocasionar trastornos del lenguaje muy significativos.
El lenguaje se desarrolla gracias a las interacciones que tienen los niños con su entorno y de la calidad de estas interacciones dependerá el adecuado desarrollo del lenguaje en ellos. Padres y cuidadores son los principales modelos lingüísticos y son actores principales en la fase inicial del lenguaje no verbal (Los dos primeros años de vida), a través de los gestos, las miradas y la imitación. Posteriormente, se introduce el lenguaje verbal a través del aumento de interacciones cotidianas, como la hora del baño, el juego en familia, los cuentos antes de ir a dormir, entre otros.
Cuando los niños son sobre expuestos al uso de celulares, televisores, tablets y videojuegos, se ha comprobado que el número de interacciones con su entorno disminuye al igual que su capacidad de mantener la atención en las mismas. De este modo, el niño o niña pierde tiempo de calidad que se ve traducido en una disminución de su vocabulario, poca comprensión, escasa fluidez verbal y comportamientos apáticos o tímidos a la hora de socializar.
Entonces, ¿Hasta qué punto es aconsejable y a partir de qué edad es recomendable que tengan su primer contacto con un dispositivo digital? - Los niños menores a dos años no debe tener exposición a las pantallas y los niños entre dos y cinco años deben tener un exposición máxima de una hora al día.
Estas son algunas recomendaciones que ayudarán a padres y cuidadores para encontrar un equilibrio en el buen uso de las tecnologías en la infancia:
1. Asegúrate que los contenidos que consumen los niños sean de alta calidad.
Es fundamental seleccionar aplicaciones, vídeos, programas y juegos que estén acordes al contexto y edad del niño o niña para que puedan comprenderlos. Se recomienda navegar en sitios diseñados para niños, evitando el consumo de publicidad, ya que esto puede resultar perjudicial para los menores.
2. Acompáñalo durante el uso de estos dispositivos.
Es necesario supervisar qué consumen los niños en las pantallas, además de que es una excelente oportunidad para generar interacciones que empoderen su lenguaje, por ejemplo, pueden intercambiar ideas sobre el programa que están viendo, hacer preguntas que permitan al niño explicar u opinar sobre lo que está viendo o relacionar lo que ve con su realidad, a través de frases como: ¡Mira! ese auto rojo se parece al que te regalamos de cumpleaños.
3. Aprovecha la tecnología en actividades útiles.
Te recomendamos combinar las pantallas con actividades lúdicas o beneficiosas para el niño, así aprenderá a dar un buen uso a estas herramientas; por ejemplo, puedes crear sesiones de yoga virtual o prácticar algunos pasos de baile en alguna app.
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Lo más importante es encontrar la manera de vincular la tecnología con las interacciones cotidianas. El juego, las conversaciones, el afecto y el tiempo en familia, son recursos que no puede faltar en la crianza y que no pueden ser reemplazados por las pantallas.
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