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¿Por qué entran niños y niñas al sistema de protección del estado?

68,208 niños forman parte del sistema de protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Estos niños han sido retirados de sus familias biológicas por diferentes causas entre otras la alta migración, el conflicto armado, negligencia, maltrato físico, violencia sexual, abandono o consumo y venta de sustancias por parte de sus familias. Al ser retirados de sus familias, los niños son llevados a hogares de protección mientras se resuelve su futuro, pero ¿Qué podemos hacer para que estos niños vuelvan a su hogar?

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"Es muy importante que los niños con medida de protección puedan retornar a sus hogares  en un plazo máximo de 6 meses como está establecido en la norma y que la reintegración a su familia sea exitosa."

Cuando tenemos contacto con un niño o adolescente bajo el cuidado del ICBF a menudo aparecen algunas preguntas reiterativas  que nos hacemos sin una respuesta convincente: ¿Cuál es la historia de la familia de este niño? ¿Por qué  vive en un hogar de protección? ¿Quién decidió su ingreso? ¿Por qué no fue reincorporado a la vida familiar? ¿Cómo y por cuánto tiempo atendieron a su familia? ¿Cómo la ayudaron a superar los problemas? ¿Cuáles son los programas públicos y los servicios públicos para acompañar a estas familias?

Las Directrices de Cuidado Alternativo acogidas por la Asamblea General de la Naciones Unidas en 2009 para la implementación de la Convención de los Derechos del Niño, parten de estas preguntas y señalan la importancia del trabajo y responsabilidad del gobierno y la sociedad a diferentes niveles.

El primer nivel se refiere a la oferta pública de atención familiar, ofrecer buenos servicios de salud, educación y vivienda. Estos servicios prestados de manera integral disminuyen el riesgo de violencia familiar por que tienen los instrumentos para detectar a tiempo a las familias que necesitan apoyo temprano y de esta manera evitar riesgos de vulneración de derechos a algún miembro de la familia.

El segundo nivel hace referencia a dar apoyo eficiente a las familias que fueron detectadas en riesgo. Esto requiere diseñar localmente grupos de apoyo parental, en los cuales las familias cuenten con personal calificado para ayudarles a exponer su situación y a recibir acompañamiento y orientación. Las escuelas de padres que ofrecen capacitación en diversos temas ayudan a la buena crianza y han sido muy exitosas en contextos similares al nuestro. En nuestra experiencia hemos notado un gran interés de los padres por aprender y analizar aspectos importantes sobre la autoridad sin castigo y nuevas formas de construcción de vínculos afectivos.

El impacto de la internación sobre el desarrollo cognitivo y emocional de los niños es inmenso; la evidencia empírica demuestra que lo es aún más en el caso de los niños menores de tres años, niños con discapacidades, o con necesidad de atención psiquiátrica, así como de los niños migrantes o en condiciones de pobreza extrema.¨ Unicef  estudio sobre niños institucionalizados. 2013 (Directrices alternativas de cuidado. Naciones unidas)

En este nivel es importante implementar programas de relevo familiar para reducir el burnout de los padres cuando se someten a altos grados de estrés en casos en que los hijos presenten trastornos mentales o alguna discapacidad. Adicionalmente es importante contar con los servicios de visita domiciliaria por trabajadores sociales entrenados quienes junto con la familia hacen un diagnóstico de su situación y entre todos elaboran un plan familiar para construir una cotidianidad que mejore la comunicación y la dinámica afectiva de la familia buscando oportunidades de disfrutar en familia durante el tiempo libre.

El tercer nivel que proponen las directrices se refiere a los programas de reunificación familiar, diseñados para reincorporar a los niños de nuevo a la familia. Estos programas exitosos en muchos países, requieren la participación de todos los miembros de una familia y también de los vecinos, amigos y maestros. Uno de estos programas describe cómo a cada una de las personas cercanas a la familia le llega una invitación del niño y su familia. El propósito de la invitación es participar en el diseño de un plan para que el niño o adolescente llegue a la familia con todos los elementos y factores positivos posibles para su periodo de reintegración a la dinámica familiar, escolar y social. La participación es voluntaria. Estas reuniones de preparación y seguimiento del plan cuentan con la orientación de un profesional coach quien usualmente es trabajador de la institución gubernamental, preparado para dinamizar la conversación y participación activa de todos los invitados. La meta es definir compromisos tangibles de  cada actor para la reincorporación exitosa del niño con su familia de origen.

Esta dinámica es fundamental en la fase de reintegro familiar acompañando y orientando a las familias para que todos sus miembros, acojan afectuosamente al niño. El regreso planificado y consciente al hogar, es una meta en la cual debemos participar todos.

 ¿Qué podemos hacer para que estos niños vuelvan a su hogar?

Aunque se han hecho algunos esfuerzos por terminar la institucionalización de los niños en Colombia, la vía fácil para las autoridades es enviarlos a instituciones de protección. No se hacen esfuerzos suficientes por atender los problemas de las familias, buscar soluciones viables con abuelos o parientes cercanos para crear las condiciones de retorno a la familia.

Teniendo en cuenta lo expuesto, en Fundación Apego hemos decidido iniciar una prueba piloto de reinserción cuyos resultados sean compartidos con las autoridades para fortalecer la política de garantía de derechos de los niños acorde con la Convención. Este piloto pretende capacitar al equipo humano que atiende a los niños y formar a los niños y a sus padres sobre habilidades del cuidado para cualificar la convivencia. Ofrecerles asesoría y ayuda utilizando la oferta social de la ciudad para mejorar sus ingresos y problemas psicosociales.

La meta es atender el reintegro de hasta 45 niños en un plazo de 24 meses, durante los cuales se hará formación, asesoría, acompañamiento y seguimiento para medir las variables y los resultados del reintegro.

Usted puede sumarse a este proyecto a través de un aporte generoso en nuestra Vaki, los fondos que recaudamos irán directamente a este propósito: fortalecer a las familias para que puedan superar las dificultades que los separaron en primer lugar. Sabemos que el impacto de vivir en familia es inmenso para el desarrollo de cualquier niño, y con tu ayuda, podemos hacerlo posible.