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Las 7 reglas de crianza para educar en igualdad de género.

Una parte fundamental de la crianza es preparar a niñas y niños para que puedan actuar y decidir sobre el mundo que les espera, allí padres y cuidadores tienen el deber de brindar las herramientas necesarias para contribuir con el desarrollo de un pensamiento crítico que elimine la violencia de género y la desigualdad.

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"Educar en la igualdad para prevenir la violencia de género"

 

Alcanzar la igualdad de género es el quinto objetivo de desarrollo sostenible (ODS) propuesto para el año 2030 y para conseguir este cambio de pensamiento, es necesario iniciar por una transformación en las prácticas y comportamientos que se enseñan en casa, especialmente a niñas y niños quienes serán responsables de decidir y construir sobre la sociedad del mañana. 

Desde los 0 hasta los 12 años, niñas y niños están libres de prejuicios por lo que es importante asegurar que las prácticas de crianza y las herramientas educativas que se utilicen con ellos, incluyan una perspectiva de género que les enseñe a partir de la igualdad y así impedir que adquieran estereotipos, ideas, pensamientos y comportamientos que atenten contra el respeto hacía el sexo opuesto. 

Para que puedas hacerlo, te compartimos 7 pautas de crianza que no pueden faltar en casa:

1. No marques diferencias entre juegos o juguetes.

                   

Cuando se moldean los juegos o actividades de esparcimiento basándose en el sexo, se impide un completo desarrollo para los infantes; ya que muchos de los juegos que tradicionalmente se han pensado para los niños, desarrollan habilidades espaciales y motoras que se les niega a las niñas cuando no se les permite jugar futbol, carreras o con la tierra. Del mismo modo, muchos de los juegos que se piensan para las niñas, se orientan más hacía el desarrollo de habilidades sociales y afectivas, las cuales no se desarrollan potencialmente en los niños cuando se les impide el contacto con las muñecas, la culinaria o el baile. 

 

2. Divide igualitariamente las tareas de la casa.

                    

En este aspecto el ejemplo de papá y mamá es clave, debemos empezar por modificar estos comportamientos en los adultos, entender que papá también es bueno en la cocina y que mamá puede reparar los daños de la tubería. Los niños aprenden a través del efecto espejo, si una niña ve que su mamá es capaz de trabajar y de reparar el auto, ella se sentirá capaz de hacerlo y no va a verse limitada por su sexo. 

 

3. Señala y explica abiertamente los mensajes negativos que los niños aprenden del mundo exterior.

                   

Es fundamental que proporcionemos las herramientas necesarias para que niñas y niños puedan analizar críticamente los mensajes que reciben de su entorno, para ello, en casa debemos hablar abiertamente sobre los estereotipos, señalar sus efectos negativos y explicar los daños que pueden ocasionar en los demás. ¡Bríndales autonomía para que ellos mismos decidan conscientemente!

 

4. Las emociones no tienen sexo.

                   

Niñas y niños necesitan aprender a gestionar sus emociones asertivamente pero sin reprimirlas. El llanto, la bondad o la empatía no generan debilidad, hacen parte la sensibilidad de cada ser humano y es necesario explorarlos al igual que las demás emociones que experimentamos. Cuando asociamos una emoción con el hecho de ser niña o niño, le estamos quitando al otro la posibilidad de expresar una emoción que es universal y que necesita sentir, explorar y gestionar independientemente de su sexualidad.

 

5. Enseña el respeto por las diferencias.

                     

Es fundamental que niñas y niños estén en contacto con la diversidad, conviene elegir programas de otras regiones, películas con diferentes perfiles y libros de otras culturas. La idea es mostrarles que el mundo es diverso, que existimos miles de personas con muchas diferencias, empezando por el sexo, pero que ninguna de esas diferencias les hace más o menos valiosos.

Un buen hábito es aprender a mostrar películas con mensajes de empoderamiento femenino, incluir lecturas escritas por mujeres y asegurarnos de que esas mujeres sean de diferentes culturas; de este modo, los niños aprenderán a ser tolerantes y verán a todos como iguales.

 

6. Las matemáticas también son cosa de niñas.

                    

Procura vincular a niñas y niños por igual en juegos matemáticos o actividades cotidianas que promuevan las habilidades numéricas, una estrategia puede ser contar los escalones que suben diariamente, pedirles que te ayuden a llevar las cuentas de las compras o jugar a contar carros cuando vayan camino a la escuela; elige una actividad de acuerdo con su edad pero jamás con su sexo. 

 

7. Enséñales a reconocer su cuerpo libremente.

                      

El reconocimiento del cuerpo ha sido señalado como algo malo especialmente en las niñas, impidiendo que adquieran autonomía sobre sí mismas. Padres, madres y cuidadores necesitan aprender a acompañar estas dinámicas sin juzgarlas, pero orientando a niñas y niños para que lo hagan con respeto, sin permitir que otros abusen de ellos. 

Un buen inicio es hablar sobre sus partes íntimas, nombrándolas por su nombre ya que el uso de sinónimos o apodos les hace creer que estas son partes que no deben ser nombradas y por tanto, no consiguen expresarse abiertamente sobre ellas. 

 

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