Una investigación de la conocida revista BMJ Open demuestra que hay menos violencia juvenil en los países en donde se prohíbe el castigo físico.
El estudio que se llevó a cabo con jóvenes de 88 países, los cuales se encontraban en edad escolar, demostró que en aquellos países en donde la ley prohíbe el castigo físico como metodología de crianza, existe un porcentaje menor de peleas entre niños, niñas y adolescentes. Sus resultados señalan que en estos países había 31% menos peleas físicas entre los varones y 42% menos peleas en las niñas, en comparación con aquellos países en donde el castigo físico es todavía aceptado como método para “corregir” la conducta de los niños.
Contrario a la creencia popular de que "la letra con sangre entra", el castigo físico no elimina los comportamientos problemáticos, sino que los incrementa y perjudica la salud física y mental de los niños y adolescentes. Cada vez que un adulto utiliza el castigo físico con un niño o adolescente le trasmite la idea de que la violencia es un método adecuado para resolver problemas y que las personas de autoridad o en una posición de poder tienen derecho a usar la violencia sobre los más débiles. Es totalmente contradictorio que un padre le diga a su hijo que los problemas se resuelven hablando cuando en la casa utilizan la correa, los gritos y los chancletazos cuando un niño se porta mal o hace algo que al padre le disgusta.
La investigación es de tipo correlacional y no se puede concluir que la prohibición del castigo físico sea la causa de la disminución de las peleas juveniles, pero tiene bastante sentido pensar que es un factor definitivamente importante; por otro lado, este estudio también permitió evidenciar una disminución de la violencia en los países que tenían una prohibición parcial, pero esta reducción solo fue visible en las niñas.
Fuente: https://bit.ly/3aIvmES